martes, 6 de marzo de 2012

Moscas, andamios... y chicos.

Ayer también pasé por ahí. Había pasado otras tantas veces. En realidad siempre voy por la vereda de enfrente porque los andamios me molestan, y me molestan más aún los "elogios" poco atinados de los albañiles de la obra.
Pero hoy tuve que cruzar hacia esa vereda allá por Suipacha, porque Viamonte del lado que voy siempre era un hormiguero y yo -para variar- iba apurada. Llegué a Viamonte y Esmeralda, esta vez del lado de los andamios.
Fue imposible no verlos. Pies desparramados por la vereda, un buzo sucio envolviéndolos para abrigarse. Seguro estaban ahí desde la madrugada.
La gente viviendo en la calle siempre me moviliza. Me desespera que podamos pasar al lado de una persona que no tiene techo ni comida y seguir caminando como si nada, con nuestro celular, nuestra ropa de marca y nuestras preocupaciones a veces tan injustificadas. Y me incluyo en la lista... tantas veces pasé al lado de alguien así y no hice nada, ni orar por él.
Pero esta vez tenía que hacer algo... aunque mi algo sea chiquito: sea contarlo.
El paisaje era desolador: varios chicos de no más de doce años durmiendo amontonados, sucios, entre cartones y basura abajo de los andamios de la construcción. Las moscas volaban sobre ellos. Moscas. Olor, suciedad, y por sobre todo, incoherencia. Dormir cubiertos por moscas y rodeados de oficinistas apurados, como yo, como todos... que nos quejamos de nuestro colectivo, del calor -hasta que entramos a la oficina con aire acondicionado-, del tráfico.
Me pregunto cómo se verá el mundo desde los ojos de uno de esos nenes... me pregunto cómo será dormir sin techo, comer sobras, ser invisible. Ser invisible porque ya los tomamos como parte del paisaje urbano. Ví a un turista que les sacaba una foto, como si fueran un detalle más de la ciudad, como las casas de colores de La Boca.
¿Qué vamos a hacer con la realidad que nos golpea en la cara todos los días? Sólo porque nacimos en un lugar mejor, o tuvimos más recursos no quiere decir que no podríamos haber sido uno de ellos. Son personas como vos o como yo; son chicos que deberían estar jugando, estudiando, comiendo bien, soñando con lo que quieren ser de grandes. Vos, yo, podríamos haber sido como ellos...y me pregunto: ¿nos hubiera gustado ser invisibles?